Cita de perros

14 de Junio de 2021

Bastian, ya cuarentón y aún soltero, escuchó los campanazos de ese reloj existencial que, otra vez, le recordaba que era tiempo de tener a alguien cobijada bajo su brazo. Alguien en casa, para disfrutar una película antigua en esas frías noches de invierno.

De modo que instaló en su celular una aplicación que le concertó una cita a ciegas con una mujer y, tocando madera, esperó que todo saliera bien.

Se reunieron a la salida del metro y, como había pocos locales abiertos, fueron a comer a un Macdonald.

Ambos, muy nerviosos, veían que la charla no prendía. Peor aún; los emparedados y refrescos, al acabarse, dejaron en la mesa un incómodo silencio.

Sus esquivas miradas fueron a revolotear por las lámparas, los afiches de hamburguesas, las listas de precios, los otros comensales y la lejana salida.

Bastian tomó su lata vacía de refresco y habló como para sí mismo.

—Me gusta hacerlo a lo perrito.

—¿Qué? —dijo ella tensando su cuerpo.

—De poto con hocico, como lo hacen los perritos. —agregó, hundiendo el envase con sus dedos.

—¿Qué te has creído que soy? —exclamó furiosa la mujer poniéndose de pie.

—La lata. Mira, la doblo así y queda de poto con hocico. —dijo él, sonriendo como un niño, al mostrar la lata doblada como una letra C.

—Ahhhhhh —dijo ella con un suspiro de alivio mientras se sentaba de nuevo.
—¿No te irás? —preguntó él, mirándola a los ojos.
—No hace falta. –respondió ella devolviendo su mirada.

Bastian empujó lentamente su lata doblada hacia la mujer.

–Este perrito quiere ir a pasear al parque.

–¿No muerde? –preguntó ella con una sonrisa mientras acercaba un cauteloso dedo a la lata.

–No, solo quiere compañía –respondió Bastian.

–¡Guau, guau! —respondió la mujer mientras doblaba también su lata.

—Guauuuu! —respondió él.