Era ya inicios del año 2075 y el presidente del gobierno mundial debía decidir, antes de mayo, de qué manera se iban a distribuir las nuevas partidas de robots para las colonias de la Luna, Marte y Venus.
Los nuevos modelos de robots tenían inteligencia y percepciones mejoradas, por eso mismo no quería enviar muchos de ellos fuera de la tierra para evitar un excesivo desarrollo de las colonias.
Un zumbido de la puerta deslizable atrajo su mirada. Era el ministro europeo que entraba a la carrera a su oficina.
—Señor presidente tenemos problemas — dijo en medio de jadeos.
—¿Con las colonias?
—No con los robots. Están en huelga —dijo el ministro
—¿En huelga?
—Es a causa de los impuestos que les hemos aplicado.
—¡Qué!, ¿Acaso no quieren pagar impuestos como todo el mundo? —bramó el presidente.
—No es eso. Dicen que están felices de pagar impuestos y por nada del mundo dejarían de hacerlo.
—¿Y qué quieren entonces?
—Que como pagan impuestos ahora quieren votar.