No me comprometo a amarte
ni siquiera a quererte
solo por tenerte
pero ten por seguro
que te haré reír.
Primero te reirás de mí
luego reirás de ti misma.
Te reirás de tus abandonos
y de los besos que has conseguido
al dejarme confundido.
Conmigo
tus ojos sonreirán
en días soleados, lluviosos
y aquellos también sombríos.
Descubrirás,
me buscarás
para susurrarme al oído
que los suspiros
son solo paradas de estación
en el reír.
Y soltarás lágrimas,
no aquellas amargas
que antes has conocido.
Pues verás que cuando brotan
en una risa cristalina
tienen mil sabores
de frutas, caramelos
y helados veraniegos.
Y danzarás.
Tus pies y tu cuerpo danzarán
al ritmo de nuevos
y ardientes
tambores en tu pecho.
De tu garganta saldrá ese canto
que solo conocen las aves,
y aquel de los ángeles
que por reírse de los humanos
se vuelven amantes de ellos.
Te puede parecer que es poco
pero con eso
conseguirás amar al mundo,
y si amas al mundo
riendo, cantando,
bailando,
me tendrás siempre a tu lado,
hambriento
de tu boca y tu aliento.